martes, 25 de junio de 2019

CLASES DE VERANO



Asistir a clases de refuerzo escolar en verano suele asociarse a una experiencia negativa e incluso se interpreta como una suerte de castigo para aquellos alumnos y alumnas que no han obtenido los resultados esperados durante el curso. Sin embargo, esa visión tiene poco que ver con la realidad, ya que recibir clases en verano puede acarrear numerosas ventajas:

1. RECUPERAR ASIGNATURAS PENDIENTES
La ventaja más evidente es que si, por cualquier circunstancia, hemos suspendido alguna asignatura durante el curso, tenemos más de dos meses para poder prepararla, aprenderla, practicarla y recuperarla en septiembre. Durante este curso, en Castilla-La Mancha, se ha dejado libertad para que los centros escolares puedan realizar sus recuperaciones en junio o en septiembre. Y curiosamente, muchos de los centros que el pasado año realizaron sus recuperaciones en junio, este año las volverán a realizar en septiembre; ¿la razón? el experimento de hacer las recuperaciones en junio parece no haber arrojado los resultados esperados. Al contrario de lo que se piensa, estudiar en verano no es un castigo, sino una oportunidad de poder aprender correctamente los contenidos con el tiempo suficiente para asimilarlos de forma significativa y aprobar en septiembre. Y es que debemos tener en cuenta que la adolescencia es una etapa compleja, donde los cambios personales se amontonan y cualquier factor, que desde la perspectiva adulta puede resultar insignificante, puede convertirse en determinante para influir negativamente en el estudio. Y en ese contexto, tener un verano por delante para buscar ayuda profesional en la preparación de las asignaturas, sin las prisas y quehaceres diarios a las que los alumnos están sometidos durante el curso, puede resultar muy beneficioso para reencontrarse con el hábito de estudio adecuado y poder pasar al siguiente curso sin mayores dificultades.

2. REPASAR PARA COMENZAR EL SIGUIENTE CURSO CON GARANTÍAS
Son muchos los alumnos que, aún aprobando todas las asignaturas del curso, promocionan al siguiente sin haber tenido un verdadero aprendizaje significativo. Por este motivo, es necesario plantearse asistir a clases en verano y reforzar aquellos contenidos que más nos cuesten para adquirir de ese modo una buena base que nos permita comenzar el siguiente nivel con mayor tranquilidad. En muchas ocasiones, la mayor recompensa que se le puede ofrecer a un alumno que aprueba todas las materias, es un refuerzo de algunas horas semanales, para que no olvide los conceptos esenciales y afiance lo aprendido durante el curso.

3. CUALQUIER MOMENTO ES BUENO PARA SEGUIR APRENDIENDO
Bien es sabido que en la etapa infantil y adolescente los alumnos y alumnas son "como esponjas"; tienen una gran facilidad para aprender nuevos contenidos. Por eso mismo, no podemos desaprovechar el largo periodo estival para seguir afianzando e incluso adquiriendo nuevos conocimientos. En una etapa crucial para el desarrollo madurativo e intelectual, asistir a clases de verano regularmente significará darle el alimento suficiente a esas mentes inquietas y preparadas para asimilar nuevos aprendizajes. Y esto, por supuesto, es compatible con que los alumnos puedan disfrutar de tiempo libre, juegos, viajes, etc. Se trata de un complemento más para hacer que las vacaciones de verano sean lo más enriquecedoras posible.

4. EL REPASO, LA CLAVE DEL ÉXITO
¿Qué nos permite adquirir conocimientos durante toda nuestra vida? ¿Cómo podemos aprender contenidos de forma significativa y hacer que se queden anclados en nuestra Memoria a Largo Plazo de forma permanente? La respuesta es sencilla: mediante el repaso. Repasar contenidos desde diversas perspectivas, usando distintos ejemplos y ejercicios, trabajándolos de forma atractiva y adaptada al alumnado, es fundamental para que éstos pasen a formar parte de nosotros mismos y el día de mañana tengamos un bagaje cultural lo suficientemente amplio para poder adquirir con soltura nuevos aprendizajes y nos podamos adaptar a cualquier situación laboral, académica o social.

5. VIVIR NUEVAS EXPERIENCIAS
Durante el curso, el alumnado está acostumbrado a asistir a clase de una forma que termina siendo rutinaria. Compartiendo el mismo espacio, con los mismos compañeros, en el mismo entorno, con la misma metodología...
Las clases de verano nos dan la oportunidad de estudiar de forma más dinámica, menos encorsetada, con menor presión por la proximidad de los exámenes, con una metodología diferente, en un entorno en el que la atención individualizada está garantizada y en el que podemos llegar a conocer a nuevos compañeros de viaje. Supone vivir el aprendizaje desde una perspectiva más positiva, más adaptada a los intereses y la realidad del alumno, y nos predispone para afrontar el siguiente curso con mejor ánimo y más optimismo.

Por todo ello os animamos a asistir a nuestras clases de verano. Lo que hacemos hoy tiene eco en el futuro, así que no desaprovechemos la oportunidad de cultivar bien el presente.
















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